lunes, 27 de septiembre de 2010

Óleo de Nardos en la casa ALIF


Nuestros alquimistas han abierto el manto esencial de una flor que anuncia el otoño, la vara de nardo o vara de San José, representa para el perfumista sabio, el sello de la tradición esenia que camina nómada por las calles de Jerusalén, y ALIF quería mostrar entre sus referencias más exquisitas los ecos de una historia escondida por la piedra en la vía dolorosa, transformada en Alquima de secreto y luz.

Al-Andalus es hoy no sólo judía y mora, la tradición como el saber trasciende en tiempos e ideología, mezclada con la memoria de un aceite calmante y pacífico que prepara a los guerreros para el entendimiento y la aceptación.

 Hemos recuperado en el eco de este otoño, un gesto, el de María de Magdala, en una noche de despedida y luz, donde los pies de un ser bondadoso fueron ungidos por un óleo macerado en nardos.

Los más científicos admiran sus propiedades cardiovasculares, los más nostálgicos se recrean en su aroma de cadencia hacia a la paz interior y los más metafóricos saben que untado en el cuerpo limpia más allá del ser y permite caminar por encima de las aguas.

En aceite de oliva ecológico de nuestra casa macera esta flor de mesoamericana que un día llego a las puertas de los Himalayas convirtiendose en trasporte de mercaderes, y cual mercader que recupera su esencia más preciada, ALIF lo transforma en pequeñas botellas lacradas con amor para que tu puedas disfrutar de este sencillo ungüento.
 Estará listo en una edición limitada para esta Navidad de 2015,

108 botellas exquisitas nos aguardan en la luz de nuestras bodegas esperando el momento propicio para mostrarse.